viernes, 10 de julio de 2009

«No es lógico que una mujer sea madre a los 60 años»

«No es lógico que una mujer sea madre a los 60 años»
Es la primera niña probeta de España y mañana cumple 25 años. Acostumbrada a salir en los medios, dice que lleva muy bien «encarnar una noticia positiva»
Actualizado Sábado, 11-07-09 a las 04:44
Su nacimiento fue la noticia del año y se celebró a lo grande. El doce de julio de 1984, a las diez y media de la noche, se anunció en una sala repleta de periodistas y fotógrafos la llegada al mundo de Victoria Anna. Tras este hito científico estaba el Instituto Dexeus de Barcelona. Desde entonces, Victoria Anna ha soplado la mayoría de sus velas de cumpleaños rodeada de flashes y cámaras de vídeo. Ahora, la primera niña probeta de España celebra su cuarto de siglo y vuelve a ser el centro de atención. En declaraciones a ABC, explica, acompañada de los doctores Anna Veiga y Pedro N. Barri, sus padres científicos, cómo ha sobrellevado el tirón mediático.
¿Cómo ha sido su relación con la Prensa durante todos estos años?
—Desde pequeña, mi madre me enseñaba las revistas en las que yo aparecía y sabía que para nacer había pasado por una etapa más que el resto de niños. Esto no representaba nada raro ni extraño. Lo hemos llevado sin ningún espectáculo. Como salgo en los medios por un avance científico, y eso es una noticia positiva, lo llevo bien. Sería muy distinto si saliese por otras razones. A veces cansa porque no estoy acostumbrada.
¿Qué ha sido lo más raro que le han preguntado?
—La gente se lía entre la inseminación artificial y la fecundación in vitro. Ahora, la mayoría de las personas ya saben que es una ayuda a la reproducción. Lo más raro que me han preguntado es si me han hecho pruebas médicas durante estos años. No entienden que soy una niña normal.
¿Cómo ha influido en su vida haber nacido mediante fecundación in vitro?
—En mi día a día no lo pienso ni me influye, lo llevo con normalidad. En cierto modo, en el anonimato. En días como hoy veo que represento lo que fue en su día un avance de la técnica, de la ciencia, y que estar ligada a una noticia positiva, con las pocas que hay, es un motivo de orgullo.
¿Qué relación mantiene con sus «padres científicos»?
—Tanto con la doctora Veiga como con el doctor Barri nos vemos dos o tres veces al año, cuando podemos. En su momento, la relación que tenían con mis padres pasó del terreno profesional al personal. He seguido esta relación personal, e igual que vamos a ver a los tíos, pues vamos a ver a Anna y a Pere, son como de la familia. Yo les tengo mucho cariño por lo que significan para mí y por lo que representaron para mis padres.
¿Ha coincidido alguna vez con Louise Brown, la primera niña probeta del mundo?
—No, no he coincidido nunca, pero sí con Lorena, la segunda niña probeta de España. Lo asumimos con mucha normalidad.
En la actualidad, aparte de usar la fecundación in vitro para evitar enfermedades o ayudar a parejas que no pueden tener hijos, también se usa para ayudar a mujeres que deciden posponer la maternidad...
—No es lógico que una mujer sea madre a los sesenta años, pero me parece bien cuando esta técnica se usa para evitar que los bebés sufran enfermedades hereditarias.
¿Le hubiera gustado tener un hermano gemelo para no soportar en solitario todo lo que ha vivido y está viviendo?
—Me hubiera gustado tener un hermano, aunque no para esto sino para compartir todas las cosas positivas que me han pasado.

La edad media de las mujeres tratadas es de 36 años
Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), la edad media de las pacientes que recurren a las técnicas de reproducción asistida se sitúa en los 36,7 años, aunque más de la cuarta parte de las usuarias supera los 40 años. «En la clínica Dexeus nos hemos marcado como límite los 50 años en técnica de donación de óvulos», explicó el doctor Buenaventura Coroleu, presidente de la SEF. Sin embargo, la ley de reproducción asistida no estipula un máximo de edad. Las técnicas de fecundación artificial se aplican, tanto en hombres como en mujeres, en diversos casos: cuando los pacientes tienen un problema genético que pueda desarrollar el bebé, si sufren alguna enfermedad como un cáncer y su fertilidad disminuirá una vez recuperada, o cuando una mujer joven desea posponer la maternidad. Durante el año 2006, en España se llevaron a cabo 50.299 procesos de fertilización por fecundación «in vitro» y otros 29.766 por inseminación artificial. España es el tercer país de Europa con más tratamientos de fertilidad realizados, y solamente superado por Francia y Alemania.

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