martes, 16 de junio de 2009

El coste de un preso da para prestar asistencia social a cien personas


Martes , 16-06-09




foto:Elena Carreras

Cuesta tanto mantener a un preso al año como prestar asistencia social a casi un centenar de personas. Ésta es una de las conclusiones de un informe presentado ayer por la Síndica de Greuges de Barcelona, Pilar Malla, que tiene como objetivo identificar los «itinerarios» y «factores» de la exclusión social y determinar las posibles vías de prevención.
La falta de formación es la piedra angular de este problema. En este sentido, el estudio constata que el 66% de los excluidos autóctonos no tiene ni estudios primarios. Los empleos fijos son casi inaccesibles para el colectivo sin formación, sobre todo para las mujeres casadas e inmigrantes.
Además, cada generación ha tenido más difícil encontrar trabajo. Así, según el informe,para los nacidos después de 1976 es 18 veces más complicado lograr empleo sin titulación que para los nacidos antes de 1960.
La Síndica de Greuges adelantó ayer que solicitará al Ayuntamiento un aumento de las políticas preventivas, y sugerirá la creación de educadores familiares que ayuden a los padres a atender a sus hijos en su propio hogar, como una atención domiciliaria más. Para Sebastià Sarasa, autor del estudio junto a Albert Sales, los últimos datos sobre la «reválida» de Primaria, que muestran diferencias entre los centros públicos y privados y nivel económico de los padres, apunta que «el ascensor social en Cataluña se ha detenido», informa Efe.
Preescolarización universal Sarasa incide en la necesidad de la preescolarización universal, ya que aquellos niños que no han pasado por el sistema educativo antes de los seis años tienen un 60% de fracaso escolar. Alerta, además, de que en aquellos hijos de familias con pocos recursos, que tienen más de un hermano, aumenta su posibilidad de abandono escolar, por lo que reclama un aumento y calidad de las becas.
El estudio presentado ayer apunta que gran parte de los sin techo son adolescentes que se escapan de casa -y se convierten en candidatos a volver a hacerlo cuando son adultos- y que también hay un gran número de ex presidiarios y enfermos mentales.
«Escapar de la calle» Aunque hay muchos inmigrantes en esta situación, éstos, al igual que las mujeres, suelen saber «escapar de la calle» cuando encuentran un trabajo, mientras que entre los hombres autóctonos esta situación se cronifica.
Los problemas de salud y la drogodependencia son factores que conducen a la exclusión, y el alcoholismo suele darse en personas que viven en la calle.

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